viernes, 6 de abril de 2012

El rostro según Zegers

Como si formaran parte de un puzzle, a primera vista los cuadros de la última muestra de Francisco Zegers, pueden parecer simples elementos gráficos esperando ser calzados. Pero, lo cierto, es que son el resultado de una arrastrada obsesión por el rostro: las arrugas, las comisuras de las facciones, los gestos y sus infinitas posibilidades de expresión están depurados en estos signos gráficos de factura elemental. Es la búsqueda de aquellos elementos únicos que definen a cada individuo y que ha trastornado el trabajo de Zegers por más de una década.
 “Lo figurativo me resultó estrecho. Quería ir más allá de lo que vemos, así que comencé decodificando el rostro: sacando un ojo, una oreja, experimentando en una dimensión subjetiva”, explica. El resultado fue una serie de signos que surgen como un nuevo lenguaje en 12 cuadros de gran formato: “La obra es una búsqueda de humanidad en un mundo que se centra en la eficiencia de los procesos en desmedro de la experiencia del encuentro con el otro y las emociones. Intento que mis pinturas sean fuente de interacción y que posean una fuerte carga imaginaria”, explica el artista.




“Quería ir más allá de lo que vemos, así que comencé decodificando el rostro. La obra es una búsqueda de una humanidad en un mundo que se centra en la eficiencia de los procesos en desmedro de la experiencia del encuentro con el otro”

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